La balanza del TENGO y QUIERO
Usted decide. Colocando en una balanza lo que QUIERO y lo que TENGO, se aplica la fórmula mágica y se decide.
Las decisiones nunca van a ser las mismas, porque las circunstancias van cambiando a cada día, incluso a cada momento. Por ejemplo, no es lo mismo decidir un día lunes en la mañana que un viernes en la tarde. Claramente, si te enfrentas a una decisión tan simple como "qué comer", por ejemplo, el lunes TIENES el cargo de conciencia de lo que comiste el fin de semana, mientras que el viernes éste ya ha mermado. Esto considerando que en ambos casos QUIERES no engordar.
Es así como uno va colocando a cada segundo en la balanza, y tratando al mismo tiempo de encontrar la mejor solución según la circunstancia.
Por ejemplo. Hace un mes estaba emocionadísima porque iba a entrar a un buen trabajo, con buen ambiente laboral, con un horario relativamente factible (si el trabajo era entretenido) y con un buen sueldo como "para empezar"... Ahora, ya habiendo estado un mes aquí, me puedo dar cuenta de que TENGO un trabajo que no me agrada mucho que digamos, con unos jefes cuyas políticas de propuesta me parecen chabacanas y poco listas (por no decir rascas y básicas), con un horario que cada vez se bigotea más y con un sueldo que no lo justifica. Por otro lado, a diferencia de hace un mes, ahora QUIERO otro trabajo, uno en el cual se respete el horario, y de no ser así se justifique éste a través de un sueldo mejor.
Esta es mi nueva balanza, y seguramente interpreto a mucha gente... (L).
Las decisiones nunca van a ser las mismas, porque las circunstancias van cambiando a cada día, incluso a cada momento. Por ejemplo, no es lo mismo decidir un día lunes en la mañana que un viernes en la tarde. Claramente, si te enfrentas a una decisión tan simple como "qué comer", por ejemplo, el lunes TIENES el cargo de conciencia de lo que comiste el fin de semana, mientras que el viernes éste ya ha mermado. Esto considerando que en ambos casos QUIERES no engordar.
Es así como uno va colocando a cada segundo en la balanza, y tratando al mismo tiempo de encontrar la mejor solución según la circunstancia.
Por ejemplo. Hace un mes estaba emocionadísima porque iba a entrar a un buen trabajo, con buen ambiente laboral, con un horario relativamente factible (si el trabajo era entretenido) y con un buen sueldo como "para empezar"... Ahora, ya habiendo estado un mes aquí, me puedo dar cuenta de que TENGO un trabajo que no me agrada mucho que digamos, con unos jefes cuyas políticas de propuesta me parecen chabacanas y poco listas (por no decir rascas y básicas), con un horario que cada vez se bigotea más y con un sueldo que no lo justifica. Por otro lado, a diferencia de hace un mes, ahora QUIERO otro trabajo, uno en el cual se respete el horario, y de no ser así se justifique éste a través de un sueldo mejor.
Esta es mi nueva balanza, y seguramente interpreto a mucha gente... (L).