El ritual de las minas-minas
Siempre ha sido difícil ser mujer, aunque hay que reconocer que se ha descomplejizado con el tiempo. Mi mamá contaba el otro día cómo hacía las compras mi abuelita, cuando ella era chica. Las frutas y verduras las compraba en la feria; los abarrotes en el almacén; la carne y embutidos en la carnicería; la leche, yoghurt y mantequilla en la lechería; los huevos y el pollo en la avícola... ufff así no hay quién aguante, sumándole a esto que mi abuelita trabajaba (no era solamente la dueña de casa). Una mierda tener que perder una mañana entera comprando comida y paseándose por media ciudad, además con el "pequeño inconveniente" de que no había refrigerador. Una mierda sencillamente...
Ahora, a qué viene todo esto se preguntará usted. Siempre han existido, y existirán, verdaderos rituales que la mujer debe realizar, y el más común es el ritual de la mina-mina.
Ahondemos en lo que socialmente sería una mina (una que puedas llevar a conocer a tus papás, ponte tú. Las otras son solamente unas chanas o pobres weonas). ¿Lo primero?. Una buena presentación. Ropa limpia, sin hoyos ni hilachas, bien combinada y poco estridente. Traducción mina: 30 minutos (o más) probándote toda la ropa de tu clóset y descartando automáticamente escotes, minis, poleras cortas, tacos aguja, faldas con tajo y pantalones "al pubis".
El siguiente paso: olorosita y limpia y, sobretodo, rostro perfecto. Cara lavada, poco maquillaje, cosa que no parezca que la recogiste anoche en la esquina. Linda la weona!!!. Traducción mina: una ducha bien restregada, exfoliante, crema hidratante, depilación de bigote y cejas (no es gracia que la pareazca un "mono lindo" tampoco), maquillaje color "enfermo" (de ese que uno nunca tiene), su brillito en los labios, su encrespada de pestaña y, ¡ojo!, rímel trasparente. Na de grumos negros aquí. Esto toma aproximadamente 20 a 30 minutos más.
A continuación, el punto más álgido de todos (por lo menos para mí): el lenguaje. La mina tiene que tener tema, hablar bien, no decir groserías. Traducción mina: descártese inmediatamente cualquier shushá, las acotaciones estúpidas (uta que hace frío, uta que hace calor), gritar mucho y reirse con la boca muy abierta, las tallas demasiado ordinarias para la ocasión, y las referentes al instinto primitivo: actividades en el baño (cagar, mear, erupciones cutáneas "ahí"), actividades en soledad (pajearse, sacarse un moco), actividades sexuales con la pareja (tugar, tugar, salir a culiar). Aquí está lo difícil, porque con mi pololo pasamos la mitad del día tirando tallas ordinarias... muy ordinarias, y yo soy una "dama" cuando se trata de echar esas tallas... si, soy demasiado rasca y muchas veces lo he dejado boquiabierto con mis tallas, porque nadie pensaría que "una señorita tan educadita dijera esas cosas". Este esfuerzo, en tiempo, no se mide en minutos. Se mide en la cantidad de horas que pases en compañía de la gente que te van a presentar o te presentaron... mordiéndote la lengua, jajaja.
Uta que es difícil ser mina, siendo que ocupo escotes con mayor regularidad de lo que despega un avión y me gusta la ropa apretada, cosa que "se vean las curvas". No me gusta mucho pintarme, y si lo hago me pinto bien pintada, con los labios bien rojos. Me desespera echarme tanta crema y tanta wevá, porque al final lo único que haces es taparte los poros... y sí, me apreto cuanto grano me sale.
Pero lejos lo más peludo es hablar bien. Soy garabatera contratada, porque pienso que la shushá hace más sabrosa cualquier exclamación, descripción o cuento. Y si a esto le sumo que paso gran parte del día con el "switch mente de alcantarilla" prendido, me voy a la chucha. Aparte soy muy perversa: me gusta decirle wevás al oído a mi pololo y toquetearlo cuando alguien se da vuelta a buscar algo, o mientras hay más gente y no se cacha ná...
Toy cagada... me deberían dar el Oscar.
Ahora, a qué viene todo esto se preguntará usted. Siempre han existido, y existirán, verdaderos rituales que la mujer debe realizar, y el más común es el ritual de la mina-mina.
Ahondemos en lo que socialmente sería una mina (una que puedas llevar a conocer a tus papás, ponte tú. Las otras son solamente unas chanas o pobres weonas). ¿Lo primero?. Una buena presentación. Ropa limpia, sin hoyos ni hilachas, bien combinada y poco estridente. Traducción mina: 30 minutos (o más) probándote toda la ropa de tu clóset y descartando automáticamente escotes, minis, poleras cortas, tacos aguja, faldas con tajo y pantalones "al pubis".
El siguiente paso: olorosita y limpia y, sobretodo, rostro perfecto. Cara lavada, poco maquillaje, cosa que no parezca que la recogiste anoche en la esquina. Linda la weona!!!. Traducción mina: una ducha bien restregada, exfoliante, crema hidratante, depilación de bigote y cejas (no es gracia que la pareazca un "mono lindo" tampoco), maquillaje color "enfermo" (de ese que uno nunca tiene), su brillito en los labios, su encrespada de pestaña y, ¡ojo!, rímel trasparente. Na de grumos negros aquí. Esto toma aproximadamente 20 a 30 minutos más.
A continuación, el punto más álgido de todos (por lo menos para mí): el lenguaje. La mina tiene que tener tema, hablar bien, no decir groserías. Traducción mina: descártese inmediatamente cualquier shushá, las acotaciones estúpidas (uta que hace frío, uta que hace calor), gritar mucho y reirse con la boca muy abierta, las tallas demasiado ordinarias para la ocasión, y las referentes al instinto primitivo: actividades en el baño (cagar, mear, erupciones cutáneas "ahí"), actividades en soledad (pajearse, sacarse un moco), actividades sexuales con la pareja (tugar, tugar, salir a culiar). Aquí está lo difícil, porque con mi pololo pasamos la mitad del día tirando tallas ordinarias... muy ordinarias, y yo soy una "dama" cuando se trata de echar esas tallas... si, soy demasiado rasca y muchas veces lo he dejado boquiabierto con mis tallas, porque nadie pensaría que "una señorita tan educadita dijera esas cosas". Este esfuerzo, en tiempo, no se mide en minutos. Se mide en la cantidad de horas que pases en compañía de la gente que te van a presentar o te presentaron... mordiéndote la lengua, jajaja.
Uta que es difícil ser mina, siendo que ocupo escotes con mayor regularidad de lo que despega un avión y me gusta la ropa apretada, cosa que "se vean las curvas". No me gusta mucho pintarme, y si lo hago me pinto bien pintada, con los labios bien rojos. Me desespera echarme tanta crema y tanta wevá, porque al final lo único que haces es taparte los poros... y sí, me apreto cuanto grano me sale.
Pero lejos lo más peludo es hablar bien. Soy garabatera contratada, porque pienso que la shushá hace más sabrosa cualquier exclamación, descripción o cuento. Y si a esto le sumo que paso gran parte del día con el "switch mente de alcantarilla" prendido, me voy a la chucha. Aparte soy muy perversa: me gusta decirle wevás al oído a mi pololo y toquetearlo cuando alguien se da vuelta a buscar algo, o mientras hay más gente y no se cacha ná...
Toy cagada... me deberían dar el Oscar.
1 Comments:
At 4:54 p. m., Anónimo said…
jajaja..me encantó la definición de mina-mina..wenísima, bye!
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